Carlos Manuel Guerrero Pérez
Mi nombre es Carlos Manuel Guerrero Pérez, tengo 37 años y me diagnosticaron con esclerosis múltiple en enero de 1997, hace ya más de 22 años. Era tan solo un niño cuando recibí el diagnóstico y con la ayuda de la familia y amigos entrañables más la voluntad de acero estoy aquí.
Trabajo en el Gobierno de la Ciudad de México, estudié ciencias políticas y administración pública en la UNAM.
Tengo múltiples secuelas y por cada una de ellas, se multiplica día a día la esperanza de una mejor calidad de vida.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad totalmente incierta. Pero no todo es incierto en ella, también hay cosas muy ciertas, como lo mucho que podemos aprender del diagnóstico. En mi caso, innegables lecciones
Que tener una actitud positiva ante la vida sólo depende de nosotros. Y que no se trata tanto de saber cómo hacerlo, sino de estar dispuesto a no dejar de intentarlo.
Que estamos rodeados de personas increíbles que no ven la EM cuando nos miran. Y que un abrazo es siempre una gran forma de decir “estoy contigo” dando esa extraña sensación de que el miedo, compartido, se transforma en otra cosa.
Que nada, ni siquiera un diagnóstico como este, puede cambiar quien somos. La EM puede cambiar muchas cosas de nuestra vida, pero no puede cambiar la capacidad de luchar contra ella, las ganas de disfrutar de cada momento, y aquellas pequeñas manías, pasiones y rarezas que lejos de ser perfectas, nos hacen únic@s
Hay cosas demasiado importantes como para perder el tiempo intentando solucionar otras que no lo son...Que el miedo se puede vencer y que estamos y estaremos preparados para luchar. Que no puedo cambiar el pasado ni el diagnóstico, pero puedo influir en todo lo que nos pasará a partir de ahora. Cada uno tiene en su mano el único lápiz capaz de escribir su historia.
Cuando tenía 12 años, fui diagnosticado con este padecimiento, la incertidumbre, los miedos, entre otras muchas cosas nos invadieron como familia. Fuimos diagnosticados con esclerosis múltiple y aquí estamos 24 años después. Vinieron los llamados brotes y con ellos llegaron las lecciones y el aprendizaje de cómo vivir en una nueva realidad.
Camino con dificultad, veo muy poco con mi ojo izquierdo, la sensibilidad en gran parte de mi cuerpo ya no está. Pero la voluntad de seguir adelante, nunca se ha ido.
Hoy quisiera aprovechar este espacio para pedir a nuestras autoridades legítimas y democráticamente electas que hagan todo lo posible para que no haya más personas esperando un diagnóstico, esperando un medicamento, esperando una mejor calidad de vida, ya que ese acto de justicia social es de los más grandes que puede haber, no tiene comparación ni precio alguno. Les pido que no escatimen en darnos a todas y todos una muy buena calidad de vida. Somos un gran país y lo merecemos, juntos hemos logrado grandes cosas y podemos seguir haciéndolo.
Cómo paciente con esclerosis múltiple, cómo ser humano, cómo orgulloso mexicano, comparto este testimonio y agradezco la invaluable oportunidad de ser escuchado.
¡Mucho ánimo!